La Roca d'en Toni o dolmen de Can Boquet: una joya megalítica en plena Serralada Litoral | Vilassar de Dalt
En medio del paisaje boscoso del Parc de la Serralada Litoral, en el municipio de Vilassar de Dalt, se esconde uno de los tesoros prehistóricos más destacados de Cataluña: la Roca d’en Toni, también conocida como el dolmen de Can Boquet. Esta construcción milenaria no solo es el yacimiento megalítico más importante del Maresme, sino también un punto de interés ideal para una excursión cultural y natural cerca de Barcelona.
En este post te invitamos a descubrir todos los secretos de este dolmen, cómo llegar a él caminando por un entorno privilegiado y por qué deberías incluirlo en tu lista de rutas por la Serralada Litoral.
¿Qué es la Roca d’en Toni?
La Roca d’en Toni es un dolmen del Neolítico, datado entre el 2200 y el 1800 aC. Se trata de un monumento funerario formado por grandes losas de piedra: dos losas verticales a cada lado que sostienen una losa horizontal superior, creando una cámara sepulcral de planta cuadrangular y estructura trapezoidal.Aunque se le conoce también como el dolmen de Can Boquet, su nombre más popular, Roca d’en Toni, rinde homenaje a la tradición oral local. Su estado de conservación es notable, lo que permite hacerse una idea bastante precisa de cómo eran estas construcciones utilizadas como tumbas colectivas hace más de 4.000 años.
Este tipo de estructuras megalíticas forman parte del patrimonio arqueológico de Cataluña y constituyen testimonios clave para entender la forma de vida y creencias de las comunidades prehistóricas.
Más allá del Neolítico: tumbas medievales en el mismo sendero
La riqueza histórica de este enclave no se limita a la prehistoria. A pocos metros de la Roca d’en Toni, subiendo por un sendero entre los árboles, encontramos otro vestigio del pasado: siete tumbas medievales excavadas en el suelo y construidas con losas de granito.
Estas sepulturas, probablemente datadas en la alta Edad Media, ofrecen una visión fascinante de la continuidad del uso funerario de este territorio a lo largo de los siglos. El contraste entre el dolmen prehistórico y estas tumbas medievales resalta la importancia simbólica y estratégica del lugar a través del tiempo.
Sin duda, un motivo más para alargar la caminata y disfrutar de este entorno cargado de memoria histórica.
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