Observación de lobos en la Sierra de la Culebra | Experiencia con Lobisome Naturaleza
En el noroeste de Zamora (Castilla y León) se extiende la Sierra de la Culebra, una tierra de montes suaves, pinares infinitos y valles solitarios. Su aislamiento y baja densidad de población la han convertido en una de las zonas con mayor riqueza faunística de la Península Ibérica, donde lobos, ciervos, corzos y jabalíes encuentran un hábitat ideal.
Un entorno privilegiado para el lobo ibérico
El paisaje de la Sierra de la Culebra, con sus valles abiertos, vegetación baja y una extensa red de pistas y cortafuegos, favorece la observación del lobo ibérico (Canis lupus signatus) en libertad. Las esperas para su avistamiento se realizan al amanecer y al atardecer, los momentos de mayor actividad de la fauna.Estas sesiones, de unas tres horas de duración, consisten en observar desde puntos elevados con la ayuda de telescopios y prismáticos de alta gama, siempre respetando el entorno y el comportamiento natural de los animales. Entre las empresas que organizan estas experiencias, nos decidimos por Lobisome Naturaleza, un equipo especializado que combina la divulgación ambiental con la observación ética y responsable.
Una experiencia marcada por la niebla
Durante los días de nuestra visita, una espesa niebla cubrió la sierra, impidiendo realizar la actividad en las dos primeras jornadas. La paciencia forma parte del encanto de la Sierra de la Culebra, donde la meteorología puede cambiar rápidamente y condicionar cualquier observación.Aun así, no nos rendimos. En nuestro último día, el amanecer nos recibió sin niebla y por fin pudimos emprender la salida prevista. Muy temprano, cargamos mochilas, trípodes y telescopios y nos adentramos en el corazón de la sierra junto a nuestro guía.
Entre lobos, ciervos y rastros en el bosque 🦌
El avistamiento de lobos nunca está garantizado. Se trata de animales salvajes y esquivos, y ninguna empresa influye en su conducta natural. Ver un lobo es un privilegio que añade emoción a una experiencia ya de por sí fascinante.
Aunque no tuvimos suerte en las dos esperas que realizamos —una al amanecer y otra al atardecer—, pudimos observar numerosos ciervos (Cervus elaphus) y disfrutar de la tranquilidad del paisaje zamorano.
Por la tarde participamos en un taller interpretativo de rastros, donde aprendimos a reconocer huellas, excrementos y señales del lobo en su entorno. Una actividad complementaria muy interesante para entender mejor su comportamiento y el equilibrio ecológico de la zona.

Ciervos en la Sierra de la Culebra
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