Descubriendo el "Forn de Pega" en Els Ports: un tesoro etnológico en plena montaña | Parc Natural dels Ports
Los forns de pega fueron muy frecuentes en el massís dels Ports (Tarragona) hasta finales del siglo XIX. Estos hornos se ubicaban en zonas elevadas, entre los 800 y los 1.000 metros, donde abundaba el pino negro de mejor calidad. Su función era producir pega, cola o alquitrán vegetal mediante la combustión controlada de madera resinosa. Durante nuestra ruta de ascenso al Mont Caro encontramos el Forn de pega de la Pimpollada, un magnífico testimonio de cómo se aprovechaban los recursos forestales en el pasado.
Qué es el Forn de pega de la Pimpollada
El Forn de pega de la Pimpollada es una construcción tradicional de piedra en seco destinada a destilar la resina de la madera de pino negral (Pinus nigra), especialmente la tea, la parte más resinosa. El resultado era la “pega”, una sustancia viscosa, oscura e impermeable con múltiples usos.Usos tradicionales de la pega:
- La pega obtenida en estos hornos era un recurso esencial:
- Impermeabilización de botas de vino, odres y embarcaciones.
- Aplicación veterinaria y médica como antiséptico y cicatrizante.
- Marcaje de rebaños, especialmente ovejas.
Ubicación y acceso al horno
El horno original se encuentra en el Parc Natural dels Ports, en el término municipal de Roquetes (Baix Ebre), dentro de un denso bosque joven o pimpollada. Ha sido restaurado y musealizado, y se puede acceder a través de senderos que parten de la carretera del Mont Caro o de pistas forestales cercanas al Refugi Caro.Para facilitar la interpretación del proceso sin afectar el patrimonio original, existe también una réplica exacta en el área de interpretación del Mas de Quiquet, junto a la Àrea de Lleure de la Vall. Este punto es ideal como visita previa o para familias con niños.
Historia y funcionamiento del horno
Estos hornos están documentados desde el siglo X y estuvieron muy extendidos hasta principios del siglo XX. Su funcionamiento se basa en un sistema de dos niveles: la parte superior donde se colocaba la tea y la parte inferior, la “olla”, donde se recogía la pega.La madera ardía lentamente sin oxígeno gracias a un sellado con tierra, provocando una pirólisis que podía durar más de 24 horas y requería vigilancia continua. La resina se derretía, goteaba por un conducto y se acumulaba en la olla lista para su uso.
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