Mansilla de las Mulas: una villa amurallada en el Camino de Santiago | Castilla y León
Origen e historia
El origen de Mansilla de las Mulas se remonta a la Edad Media, aunque en la zona existieron asentamientos fortificados desde época romana. La villa tomó forma definitiva en el siglo XII, cuando el rey Fernando II de León promovió su repoblación y, debido a su valor estratégico, ordenó levantar unas murallas protectoras. En 1181, la localidad fue dotada de un fuero que impulsó su desarrollo y consolidó su papel como punto clave en la defensa de los intereses reales frente a otros núcleos como Sahagún y León.Durante los siglos XII y XIII, Mansilla vivió un período de gran esplendor. Su ubicación sobre el Camino Francés del Camino de Santiago la convirtió en un enclave de paso obligado para peregrinos y comerciantes, además de en una importante plaza militar en la frontera del reino.
El recinto amurallado
Las murallas de Mansilla de las Mulas son una de las obras de fortificación medieval más destacadas de Castilla y León. Construidas con tapial de cal y canto rodado, alcanzan en algunos tramos más de 14 metros de altura y hasta tres metros de espesor, mostrando una solidez impresionante. En ciertos sectores, especialmente los restaurados, se aprecian sillares de piedra que refuerzan la estructura original.El recinto se apoya parcialmente en el cauce del río Esla, que actuaba como defensa natural. En sus orígenes contaba con torres albarranas, luego unidas al muro principal, y con cuatro puertas de acceso. De todas ellas, la mejor conservada es la Puerta de Santa María —también llamada de la Concepción—, por donde continúa entrando el peregrino del Camino de Santiago a su paso por la villa.
Conservación y valor patrimonial
A lo largo del tiempo, la muralla ha sufrido deterioros y reformas, pero hoy se conservan amplios tramos y varios cubos almenados que evocan su antiguo esplendor. Entre 2006 y 2009 se llevó a cabo un Plan Director destinado a su consolidación y restauración, lo que ha permitido mantener en buen estado este valioso testimonio del pasado medieval leonés.El Recinto Amurallado de Mansilla de las Mulas está declarado Bien de Interés Cultural desde 1931, reconocimiento que subraya su relevancia histórica y arquitectónica. Pasear junto a sus muros o atravesar sus antiguas puertas permite imaginar cómo fue la vida en una villa que combinó la función defensiva con la hospitalidad hacia los peregrinos que, como nosotros, siguen avanzando rumbo a Santiago.
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