Ovejas islandesas: el alma rural de Islandia
En cualquier viaje por Islandia, hay un elemento que aparece constantemente en el paisaje: las ovejas. Pastando en verdes praderas, caminando por laderas montañosas o incluso cruzando tranquilamente la carretera, la oveja islandesa es parte inseparable de la identidad del país. Más que un simple animal de granja, es un símbolo de la cultura islandesa y una pieza clave en la historia de la isla.
Un país con más ovejas que personas
Islandia alberga más de 600.000 ovejas, el doble de su población humana. Esta abundancia no es casual: hacia finales del siglo IX, los escandinavos introdujeron este ganado en la isla. Sin depredadores naturales que pusieran en riesgo su supervivencia, la oveja islandesa prosperó y se convirtió en el animal de granja más común del país.
Su aporte a la vida local ha sido fundamental, proporcionando carne, lana, leche y piel, y formando parte de la economía y tradición islandesa desde hace siglos.
Características de la oveja islandesa
Estas ovejas son fácilmente reconocibles por su pelaje largo y abundante, que puede presentarse en una amplia variedad de colores, y por sus cuernos pequeños. La lana, resistente y cálida, es muy apreciada para confeccionar el tradicional lopapeysa, el jersey islandés.Su aspecto robusto es fruto de siglos de adaptación a un clima extremo y a un entorno natural exigente.
Comentarios