Ruta al Toll de l’Olla desde Farena: baño en el río Brugent | Alt Camp

En plena sierra de Prades, el río Brugent dibuja un paisaje encantado que guarda uno de sus tesoros más sorprendentes: el Toll de l'Olla, una poza de agua cristalina rodeada de bosque y acompañada por una cascada de unos 15 metros de altura. Más allá de su belleza natural, este rincón esconde una leyenda que se remonta al siglo XVII.

En este post te proponemos una ruta por uno de los gorgs más espectaculares de Tarragona, ideal para hacer senderismo en familia, refrescarse en verano y disfrutar de un entorno con historia. El recorrido se realiza por el mismo camino de ida y vuelta, con una distancia total de 4,8 km y prácticamente llano, ya que presenta un desnivel de tan solo 72 metros.

Nota: Esta ruta está descrita según nuestra propia experiencia. La dificultad indicada es orientativa y puede variar según el estado físico, la experiencia en montaña y las condiciones personales de cada senderista. Ten en cuenta que el recorrido puede sufrir cambios según la época del año y las condiciones meteorológicas del momento.


Cómo llegar al Toll de l'Olla en Farena

El punto de partida es el pequeño pueblo de Farena, situado en la comarca del Alt Camp, provincia de Tarragona. Es importante tener en cuenta que la carretera es estrecha y con poco margen para maniobras. En temporada alta, es común que se llene de vehículos mal aparcados, por lo que se recomienda llegar pronto y aparcar en el estacionamiento habilitado a la entrada del pueblo.

Descripción de la ruta al Toll de l'Olla

Desde el aparcamiento de Farena, comenzamos la caminata recorriendo unos metros por la carretera hasta llegar a otro aparcamiento del pueblo, que en esta ocasión se encontraba cerrado. Justo en ese punto comienza el sendero que lleva al Toll de l'Olla. El camino bordea inicialmente el perímetro del aparcamiento y, poco después, aparecen las señales del Camí de la Solana y del sendero de pequeño recorrido PR-C 20. La ruta atraviesa campos soleados, por lo que en verano es imprescindible llevar agua, gorra y protección solar.

Pronto llegamos a un cruce señalizado: seguimos hacia la izquierda, dirección Toll de l'Olla. El camino se adentra en zonas más boscosas, con algo de sombra y ambiente más fresco. La última parte del trayecto es la más exigente: el sendero baja con cierta inclinación y en algunos tramos requiere usar las manos o apoyarse en raíces. El esfuerzo vale la pena: una espectacular poza circular nos espera al fondo del barranco, excavada con paciencia por el río.

Desde allí, podemos elegir entre dos opciones:

  • Bajar directamente al Toll de l'Olla, zona de baño más concurrida.

  • Seguir río arriba por la margen derecha, donde encontraremos otras pozas y pequeñas cascadas más tranquilas, ideales si buscamos evitar la masificación. Si decidís explorar el río, llevad escarpines o calzado adecuado para caminar sobre roca mojada.

Comentaros que, durante el camino al Toll de l'Olla, pudimos observar numerosos ejemplares de Piña de San Juan (Leuzea conifera) en floración, ya que realizamos la excursión en el mes de junio, coincidiendo con su época de floración.


Farena

Piña de San Juan

Un baño en el corazón del río Brugent

El Toll de l'Olla es uno de los rincones más fotogénicos del río Brugent. Su piscina natural, profunda y de agua muy fría, está flanqueada por grandes losas de piedra inclinadas, moldeadas por siglos de erosión. En lo alto, un salto de agua de unos 15 metros completa la escena, creando un ambiente ideal para refrescarse, relajarse o simplemente contemplar.

Durante el verano, el lugar se llena de excursionistas y bañistas que buscan escapar del calor. Sin embargo, su creciente popularidad también ha traído consigo problemas de masificación, basura y coches mal estacionados. Por ello, es fundamental actuar con responsabilidad: lleva contigo tus residuos, respeta la fauna y flora, y evita generar molestias a otros visitantes.

Toll de l'Olla

Poza en el río Brugent


Leyenda del Toll de l'Olla: la bruja Farebona

No todo es naturaleza en esta ruta. Según cuenta una leyenda del siglo XVII, el Toll de l'Olla fue escenario de un acto de magia y salvación. En plena epidemia, los habitantes del valle acudieron a la bruja Farebona, famosa por sus poderes curativos. La hechicera pidió que reunieran una olla capaz de contener un litro de agua por cada enfermo, pero los vecinos fracasaron en su búsqueda.

Entonces, Farebona se dirigió al río Brugent y, con un poderoso hechizo, convirtió la poza (toll) en una olla gigante. Invocó la lluvia para llenarla y así preparar el remedio que salvaría al pueblo. Desde entonces, se dice que el Toll de l'Olla no solamente es un lugar mágico por su belleza, sino también por el legado de una bruja buena.

Ruta y Video
🗺️
Mapa de la ruta
🎬
Vídeo de la ruta

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