Ruta a la Serra de Picancel: caminata corta por el Portell de l'Ovellar, la Font de la Casa del Bosc, la Font de la Molina y l’Era del Pito | El Berguedà

 La excursión que recorre la obaga de la Serra de Picancel desde el Pla de la Fusta es una salida breve —3,85 km y 277 metros de desnivel— pero llena de contrastes: bosques profundos, musgo que trepa por los troncos, pequeños torrentes que dan vida al valle y, sobre todo, dos fuentes escondidas que son auténticos tesoros naturales. La Font de la Casa del Bosc y la Font de la Molina marcan el carácter de esta ruta: rincones húmedos, discretos y silenciosos que muestran uno de los paisajes mejor conservados del Berguedà.

El itinerario avanza por antiguos caminos que comunicaban Vilada con el Monestir de Sant Pere de la Portella, atraviesa el histórico Portell de l’Ovellar y culmina en l’Era del Pito, un balcón rocoso de conglomerado con vistas abiertas que sirve como último regalo del día. Pero son las fuentes, los torrentes y el ambiente ombrívol los que dan alma a esta salida tan corta como especial.

Nota. Esta ruta está descrita según nuestra propia experiencia. La dificultad indicada es orientativa y puede variar según el estado físico, la experiencia en montaña y las condiciones personales de cada senderista. Ten en cuenta que el recorrido puede sufrir cambios según la época del año y las condiciones meteorológicas del momento.
Ruta y Video
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Mapa de la ruta
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Vídeo de la ruta


Serra de Picancel: un espacio prepirenaico bien conservado

La Serra de Picancel es una serralada prepirinenca típica situada en el centro del Berguedà, entre el Prepirineu y la Depressió Central Catalana. Pertenece a los municipios de Cercs, La Quar y Vilada y limita con el pantano de La Baells.

Sus características principales incluyen:

  • Un relieve dominado por la roca conglomerada, muy roto y abrupto.

  • Valles profundos y cerrados, que han favorecido la conservación de los hábitats.

  • Un paisaje forestal extensísimo, con más del 80 % de su superficie cubierta por bosques.

  • Ambientes acuáticos ligados a los torrentes que alimentan La Baells.

El mosaico vegetal combina pinedas de pi roig (Pinus sylvestris) y pinassa (Pinus nigra) con elementos mediterráneos como las rouredes seques, además de pequeños refugios de caducifolios en barrancos profundos.

Inicio en el Pla de la Fusta y paso por el Pont del Climent

La ruta empieza en el Pla de la Fusta, una zona de aparcamiento situada en medio del bosque a la que se llega desde el pueblo de Vilada, siguiendo la carretera en dirección a Borredà y tomando un desvío a la derecha que conduce hacia las Canals de Sant Miquel. Una pista no asfaltada desciende suavemente hasta las inmediaciones del Pont del Climent, donde hay espacio para estacionar unos pocos vehículos entre los árboles.

Desde este punto iniciamos la caminata siguiendo el camino que lleva directamente al Pont del Climent, un puente de piedra de un solo arco que cruza el riu Mergançol. Fue construido alrededor de 1930 por el contratista local Climent Simón Aguilar y tuvo un papel fundamental en el transporte de madera y carbón procedente de los bosques de la zona. Además, era un paso clave para quienes se desplazaban a pie entre Vilada, Sant Pere de la Portella y La Quar, convirtiéndolo en un elemento histórico de gran valor.

Ascenso por el Portell de l’Ovellar: canales, bosque húmedo y camino histórico

Tras cruzar el puente, seguimos avanzando en dirección a Sant Pere de la Portella y al Portell de l’Ovellar. El sendero empieza a ganar altura desde el primer momento, acompañado por el pequeño Torrent del Clot del Tell. A su lado nace un corriol estrecho que se adentra en un bosque denso y musgoso, donde la humedad y la sombra crean un ambiente muy característico de la obaga de Picancel. Esta vertiente se distingue por sus contrafuertes transversales y por la presencia de canales naturales que facilitan el ascenso, aunque históricamente no siempre fue fácil encontrar el mejor paso entre ellas.

Por este motivo, hace unos ochenta años se abrió aquí un paso artificial mediante barrinadas, un portell que permitiera mejorar la comunicación entre Vilada y el Monestir de Sant Pere de la Portella. Ese paso es el actual Portell de l’Ovellar, un collado estrecho situado a unos 752 metros de altitud que antiguamente era un camino esencial para los habitantes de la zona, ya que les permitía desplazarse hasta Vilada para ir a moler, conectar con el monasterio y facilitar el desembosc, es decir, el traslado de la madera desde los bosques.

Al llegar al Portell, la roca conglomerada aparece en todo su esplendor, mostrando paredes húmedas donde crecen especies singulares como la corona de rei o saxífraga y las orelles d’ós, Ramonda myconi.

Font de la Casa del Bosc: un tesoro escondido entre hojas

Tras superar el Portell, el sendero desciende nuevamente siguiendo el curso del torrente. Dejamos a un lado un desvío que conduce hacia Sant Pere de la Portella y continuamos recto hasta encontrar, a la derecha, un pequeño sendero señalizado que lleva a la Font de la Casa del Bosc

Para llegar a ella es necesario bajar hasta el cauce del río, cruzarlo y remontar unos metros por la orilla opuesta, donde el manantial aparece escondido entre hojas y raíces. La fuente, que casi siempre mana, es un punto de agua esencial para la fauna local y para los pequeños anfibios que encuentran allí un entorno perfecto gracias a los charcos y la humedad constante que genera. Sus aguas alimentan el Clot del Tell, que se une más abajo con el Torrent Fred antes de desembocar finalmente en el Margançol. Este rincón húmedo, discreto y oculto en plena obaga, es sin duda uno de los grandes encantos de la ruta.

Font de la Molina: frescor junto al camino

De vuelta al sendero principal seguimos hacia la Font de la Molina, situada en una zona más baja de la serra. Brota directamente de la pared, justo junto al camino, y permite refrescarse antes del ascenso final. Su nombre sugiere antiguos usos agrícolas o de molienda, aunque hoy solo queda el manantial y la sombra del bosque circundante.


L'Era del Pito: balcón rocoso con vistas amplias

Desde la Font de la Molina, el sendero vuelve a ganar pendiente y avanza entre bosque hasta alcanzar l’Era del Pito, una explanada inclinada de roca conglomerada que se abre de forma abrupta hacia las sierras del entorno. El lugar es espectacular, aunque requiere precaución, ya que uno de los laterales cae en vertical y el conglomerado puede resultar resbaladizo cuando está húmedo. Desde algunos puntos del borde se llega incluso a intuir el perfil del Pedraforca en la distancia. 

En una zona algo más llana aprovechamos para descansar y, al subir unos metros adicionales, pudimos observar con el zoom de la cámara un grupo de cabras domésticas que tomaban el sol tranquilamente en una ladera lejana. 

Tras disfrutar de las vistas y del ambiente silencioso de este balcón natural, iniciamos el retorno siguiendo el mismo camino hasta llegar de nuevo al Pla de la Fusta.


Cabras domésticas asilvestradas en la Serra de Picancel 🐐

En esta zona es frecuente encontrar cabras domésticas asilvestradas (Capra hircus), descendientes de antiguos rebaños que hoy viven en completa libertad. Se mueven con sorprendente agilidad por laderas y roquedos, aprovechando cualquier brote de vegetación. Su presencia, discreta pero constante, forma ya parte del paisaje y suele regalarnos momentos únicos, ya sea al verlas cruzar el sendero o recortadas sobre alguna cresta. Son animales resistentes y perfectamente adaptados, un recordatorio de cómo la naturaleza recupera su espacio.

Salamandra

Cabras asilvestradas 

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