Así era el mural del Mercat Central provisional de Carles Arola en la Plaça Corsini | Tarragona


El arte urbano tiene la capacidad de transformar espacios cotidianos en auténticos símbolos culturales. En Tarragona, un ejemplo inolvidable fue el mural del mercat provisional en la Plaça Corsini, una obra efímera creada por el artista Carles Arola que durante diez años llenó de vida el corazón de la ciudad. Su recuerdo sigue muy presente entre vecinos y visitantes, no solo por su belleza artística, sino también por la manera en que conectaba dos pilares de la identidad tarraconense: el mercado y el Seguici Popular.

Un mural que rodeaba la vida del mercado

El mural de la Plaça Corsini envolvía las cuatro fachadas de la carpa provisional del Mercado Central entre 2007 y 2017, mientras se renovaba el edificio histórico. Se trataba de una gigantesca obra figurativa realizada con la técnica del trompe-l’oeil, que buscaba engañar al ojo con un realismo sorprendente.

Las escenas representaban la vida cotidiana del mercado: tenderos, compradores, cestas llenas de productos frescos y elementos que evocaban la dieta mediterránea y la tradición comercial de la ciudad. Gracias a esta obra, el bullicio del mercado no solo se vivía en el interior, sino también en su entorno urbano.

El Seguici Popular en la Plaça Corsini

La otra gran protagonista del mural era la fiesta. Arola integró en las fachadas a las figuras más queridas del Seguici Popular de Tarragona, como los Gegants Vells, los Gegants Moros, el Nano Capità y la majestuosa Àliga. De esta manera, el espacio del mercado se unía simbólicamente a las celebraciones de Santa Tecla y al espíritu festivo que caracteriza a la ciudad.

El artista buscaba reflejar el “movimiento trepidante de cada instante” y la diversidad de la gente que llena la plaza, plasmando en escala real la esencia de la vida tarraconense.

El legado del mural del mercado provisional

Aunque la instalación desapareció en 2017, no todo se perdió. Algunos de los paneles de gran formato —de unos 9 metros de altura— fueron recuperados por Mercats de Tarragona y hoy pueden verse en la zona interior de logística del actual Mercado Central. Así, las figuras del Nano Capità, la Àliga y los Gegants siguen acompañando el día a día del mercado, manteniendo viva la memoria de aquella intervención artística que transformó la Plaça Corsini durante una década.

Carles Arola y el mural de la Plaça dels Sedassos

El mural de la Plaça Corsini fue efímero, pero Carles Arola dejó otra huella permanente en el centro histórico: el mural de la fachada de la Plaça dels Sedassos. También pintado con trompe-l’oeil, simula balcones y ventanas llenos de personajes que recrean la vida social y cultural de Tarragona. Esta obra se ha convertido en un punto fotográfico imprescindible para quienes recorren la ciudad.



🎥 Descubre cómo lucía el mural del mercado provisional de Tarragona en nuestro vídeo.

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