Tras cruzar la B-20, entramos en el Parc de la Serralada de Marina, un espacio protegido que se extiende por los municipios de Badalona, Santa Coloma de Gramenet, Tiana y Montcada i Reixac. Aquí el paisaje cambia por completo: el asfalto deja paso a los pinares y encinares que cubren estas montañas bajas, refugio para la fauna y lugar ideal para el senderismo cerca de Barcelona.
Patrimonio histórico: acueducto y monasterio
Uno de los primeros atractivos de la ruta son las
ruinas de Ca l’Alemany, antigua masía que aún conserva parte de su estructura. Muy cerca encontramos el
acueducto de Ca l’Alemany o de Sant Jeroni, una construcción histórica que servía para canalizar agua hacia el monasterio y que todavía se alza sobre la Riera de Sant Jeroni.
El camino nos lleva también hasta el Monestir de Sant Jeroni de la Murtra, fundado en el siglo XV. Este monasterio gótico tuvo gran relevancia histórica: aquí se alojaron los Reyes Católicos tras la conquista de Granada y también Cristóbal Colón después de su primer viaje a América. Hoy en día, se conserva como espacio cultural y espiritual, rodeado de silencio y naturaleza.
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Ruinas de Ca l’Alemany
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Acueducto de Ca l’Alemany o de Sant Jeroni |
Ascenso al Poblat ibèric de les Maleses
Desde el monasterio, el itinerario gana altura por la
Serra de Can Mas hasta enlazar con el
Camí de la Carrerada. Poco después seguimos el curso del
Torrent de Coma d’Oms hasta llegar al
Coll de la Malesa, paso natural que nos sitúa en el punto de conexión hacia uno de los grandes tesoros de la ruta: el
Poblat ibèric de les Maleses.
Este yacimiento arqueológico, situado en una posición estratégica, nos recuerda que ya hace más de 2.000 años estas montañas estaban habitadas. Desde lo alto, además, se disfrutan unas vistas excepcionales sobre el Vallès Oriental, el litoral de Barcelona y, en días claros, incluso el perfil de Montserrat.
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Poblat ibèric de les Maleses
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Tramo final hacia Mollet del Vallès
Tras la visita al poblado, descendemos hacia el
Coll de Lliçà y bordeamos la
Muntanya de l’Amigó, un mirador natural muy popular entre los excursionistas locales. El sendero continúa hacia la
Font de la Guineu, rincón fresco rodeado de bosque, y cruza el
Bosc de Can Torrents, uno de los tramos más agradables del itinerario por su vegetación frondosa.
Más adelante alcanzamos la ermita de Sant Cebrià de Cabanyes, pequeño edificio románico de origen medieval que añade otro toque cultural a la excursión. Desde aquí, la ruta desciende hacia la masía de Can Torres y llega al cementerio de Sant Fost de Campsentelles, desde donde se accede al núcleo urbano.
La recta final discurre por la Avinguda de Badalona, cruza el río Besòs por un puente y entra en Mollet del Vallès. Tras unos metros por el Carrer de la Indústria, alcanzamos la estación de tren de Mollet-Sant Fost, donde finaliza esta travesía tan completa como variada.
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Font de la Guineu
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Ermita de Sant Cebrià de Cabanyes
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Río Besòs |
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