Dolmen de Achar de Aguas Tuertas: un tesoro megalítico en el Pirineo Aragonés
En la entrada del Valle de Aguas Tuertas, uno de los rincones más bellos del Parque Natural de los Valles Occidentales (Huesca), se encuentra el Dolmen de Achar de Aguas Tuertas. Este monumento funerario prehistórico, datado en torno al III milenio a.C., es uno de los dólmenes mejor conservados del Pirineo aragonés y un testimonio de la ocupación humana de estas montañas desde tiempos remotos.
Ubicación y acceso
El dolmen se localiza en el municipio de Ansó, a unos 1.600 metros de altitud, junto al río Aragón-Subordán y cerca de un pequeño refugio de pastores.Para llegar, hay que tomar la pista de Guarrinza, que se sigue desde la Selva de Oza en dirección a la cabecera del río Aragón Subordán. Al final de la pista se encuentra el aparcamiento, desde donde se continúa a pie siguiendo las marcas del GR-11. Tras un tramo de ascenso, se accede al Valle de Aguas Tuertas, donde el dolmen aparece integrado en el paisaje de verdes praderas y meandros fluviales.
El Valle de Aguas Tuertas es un valle glaciar de gran valor natural, en el que el río Aragón-Subordán serpentea formando meandros perfectos entre praderas alpinas. Este entorno no solo es un tesoro natural, sino también un lugar de memoria, ya que desde la prehistoria fue usado como paso de montaña y espacio de asentamiento humano.
Características y tipología
El Dolmen de Achar de Aguas Tuertas es un dolmen de cámara simple, sin indicios de túmulo significativo.-
Dimensiones: la cámara tiene forma rectangular y mide aproximadamente 2,20 x 0,75 m, con una altura interior de 0,8 m.
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Composición: consta de una losa de cubierta y tres losas laterales, además de una cuarta más pequeña que cierra parcialmente la entrada. Las piedras están hechas de arenisca y conglomerado.
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Orientación: la entrada de la cámara está orientada hacia el Noroeste, como muchos otros monumentos funerarios de la época.
Historia y significado
Se cree que el dolmen se construyó hacia el final del Neolítico, en torno al III milenio a.C., y su función principal era la de enterramiento colectivo.Los primeros estudios en la zona se realizaron en los años 30, con el arqueólogo Martín Almagro Basch, y más adelante continuaron investigadores como Antonio Beltrán y Teresa Andrés, que aportaron datos clave para entender el megalitismo en el Pirineo.
Hoy en día, el dolmen está declarado Bien de Interés Cultural y forma parte de la Ruta Megalítica del Alto Aragón, que incluye otros monumentos prehistóricos en el valle del Aragón-Subordán.
Curiosidades y leyendas
- Nombres alternativos: además de su nombre oficial, también es conocido como el Dolmen del Salto o la Caseta del Duende, ya que las leyendas locales cuentan que allí habitaba un duende que vigilaba el acceso al valle.
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Conservación: el Patrimonio Cultural de Aragón lo considera en un estado de conservación extraordinario, lo que lo convierte en una visita imprescindible para amantes de la arqueología y el senderismo.
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