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El Camino de Santiago es una de las rutas de peregrinación más emblemáticas del mundo, pero para muchos caminantes la experiencia no termina en la majestuosa Catedral de Santiago. Existe un epílogo que lleva a los peregrinos más allá, hasta la legendaria Costa da Morte, siguiendo una tradición que data de tiempos inmemoriales. Este camino, que conecta Santiago de Compostela con Finisterre, es una travesía mágica que nos invita a seguir los pasos de los antiguos viajeros hasta el "fin de la tierra".
Este primer tramo del Camino de Finisterre parte de la majestuosa Plaza del Obradoiro en Santiago de Compostela y se adentra en un recorrido de aproximadamente 22 km hasta la localidad de Negreira.
Inicio en Santiago de Compostela
Desde la
Catedral de Santiago, el camino nos conduce hacia el Atlántico. Partimos frente al
Hostal de los Reyes Católicos y descendemos por la
Rúa das Hortas, pasando por la
Poza de Bar,
Rúa San Lorenzo y el
Robleda de San Lorenzo. Pronto alcanzamos el
Ponte Sarela, donde podemos detenernos para admirar la vista panorámica de las tres torres de la Catedral antes de adentrarnos en senderos rodeados de eucaliptos.

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Ponte Sarela |
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Vista de la catedral de Santiago desde Sarela de Baixo |
Paso por Quintáns y Alto do Vento
Atravesamos pequeñas aldeas que nos sumergen en la
Galicia rural. En
Quintáns, una
peculiar casa decorada con conchas nos da la bienvenida antes de hacer una parada en la
cafetería Los Arcos, ideal para reponer energías.
Al dejar Quintáns, cruzamos el río Roxo y ascendemos hasta el Alto do Vento, una de las subidas más exigentes del día. Desde aquí, descendemos por carretera, atravesando las aldeas de Ventosa y Lombao hasta llegar a Augapesada, donde un bello puente medieval restaurado nos transporta al pasado.
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Quintáns |
Subida al Alto do Mar de Ovellas y llegada a Ponte Maceira
Desde
Augapesada, iniciamos una empinada subida al
Alto do Mar de Ovellas, rodeados de un frondoso bosque. En la travesía encontramos una fuente, perfecta para refrescarnos antes de continuar la marcha.
Descendemos luego hacia el
valle del río Tambre, pasando por las aldeas de
Susavilla do Carballo,
Trasmonte y
Burgueiros. Finalmente, llegamos a
Ponte Maceira, uno de los lugares más emblemáticos de la ruta. Este pintoresco enclave destaca por su
impresionante puente medieval sobre el río Tambre y sus vistas inigualables. Aquí aprovechamos para almorzar en el
restaurante Ponte Maceira, disfrutando de su terraza con vistas al río.
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Ponte Maceira |
Últimos kilómetros hasta Negreira
Con las energías renovadas,
cruzamos el puente y seguimos el curso del río hasta
Barca, donde tomamos una pista ascendente hasta
A Chancela. Finalmente, entramos en
Negreira, nuestro destino de esta primera jornada.
Alojamiento en el Albergue Municipal de Negreira
Al viajar en diciembre/enero, encontramos que el único albergue disponible era el
albergue municipal de peregrinos, ubicado en
Negreiroa, una pequeña aldea que dio origen a la localidad actual.
El albergue se encuentra a unos 600 metros a la salida de esta localidad. Ofrece camas en lugar de literas, distribuidas en dos habitaciones. Aunque los baños están limpios, las duchas no disponen de perchas ni divisiones. Cuenta con una cocina equipada y una máquina de café, indispensable para recargar energía para la siguiente jornada.

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