Camino de Santiago | De Rabé de las Calzadas a Castrojeriz (Castilla y León)
Continuamos nuestra aventura por el Camino de Santiago un año y medio después de nuestra última etapa de Atapuerca a Rabé de las Calzadas. Llegamos a Burgos en tren desde Barcelona y, después, un taxi nos acercó al pequeño pueblo de Rabé de las Calzadas donde pasamos la noche en el albergue Liberanos Domine. Por la mañana empezamos la ruta. Los pueblos de Rabé de las Calzadas, Hornillos del Camino y Hontanas han sabido conservar su carácter tradicional. Al salir de Rabé de las Calzadas lo que nos espera es, simplemente, la meseta castellana.
De Rabé de las Calzadas hasta Hornillos del Camino avanzamos por largas pistas agrícolas entre cultivos de cereales, con suaves desniveles. A 2,6 km de Rabé pasamos cerca de la fuente de Praotorre, que nos queda a unos metros a mano derecha, donde hay una pequeña área de descanso. En verano hay que procurarse suficiente agua en los tramos de Rabé a Hornillos, y de Hornillos a Hontanas. Nosotros realizamos este tramo en diciembre y casi no necesitamos agua. Bebimos por primera vez al llegar a Hontanas.
El tiempo que nos acompaña es desapacible: lluvia intermitente y fuertes rachas de viento. La pista continúa con un suave ascenso hasta alcanzar una zona más plana que da acceso al valle donde se asienta Hornillos del Camino. La pendiente pedregosa de acceso a Hornillos es conocida como Matamulos.
Después de cruzar una carretera y el cauce del río Hormazuela entramos en Hornillos del Camino, ejemplo de pueblo-camino con una única calle, la Real. Pasamos por delante del monumento al gallo en la plaza de Iglesia de Hornillos. En la web del municipio de Hornillos podéis leer la leyenda del gallo.
Al salir de Hornillos del Camino, el panorama es similar al precedente: una interminable pista que asciende por la meseta cerealista. La única distracción se encuentra en los bordes del camino, decorados por montones de piedra que sacan los agricultores de sus cultivos. Cinco kilómetros después de Hornillos nos encontramos con una cruz de Santiago. Seguimos y pasamos por el cruce hacia el albergue San Bol. A partir de este punto encontramos el camino muy embarrado, lo que dificultó un poco la marcha.
Pendiente del Matamulos
Monumento al gallo. Hornillos del camino
Seis km más adelante llegamos, por fin, a Hontanas, oculto hasta el último momento. El nombre de la población procede del término latino fontana, fuente en castellano, por las numerosas fuentes que hay en este pueblo. En esta localidad paramos a descansar una media hora y tomamos unos bocadillos de tortilla y morcilla en el único lugar que encontramos abierto del pueblo: el hostal Fuentestrella, situado delante de la iglesia.
Hontanas
Retomamos la marcha y bajamos hasta la carretera, que dejamos de inmediato para tomar un camino que parte a la derecha. Pasamos junto a las ruinas de una torre y finalizamos al pie de la carretera. La vía carece de arcén y en su lugar se alza una hilera de fresnos.
Entre Hontanas y Castrojeriz hay las ruinas del convento de San Antón. A continuación abordamos el tramo final de la etapa, una recta de más de dos kilómetros que nos lleva a Castrojeriz, última villa burgalesa en el Camino de Santiago. Castrojeriz se esparce en forma de media luna por las faldas de un cerro con los restos de un primitivo castillo.
📚 Castrojeriz es una localidad, de origen romano, con un extraordinario patrimonio cultural. Destaca la plaza Mayor, dotada de soportales.Pasamos la noche en el albergue municipal San Esteban de Castrojeriz.
Convento de San Antón
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