La Kirkjan de Hljódaklettar: la catedral de basalto del norte de Islandia

En el corazón del Parque Nacional Jökulsárgljúfur, al norte de Islandia, se esconde una joya geológica que sorprende a todo el que la visita: La Kirkjan (“la iglesia”, en islandés). No se trata de un edificio religioso, sino de una cueva natural formada por columnas de basalto que, vistas desde la entrada, evocan el imponente arco de una catedral gótica. Su entorno, en la zona conocida como Hljóðaklettar (“las rocas del eco”), añade un toque mágico gracias a sus peculiares propiedades acústicas.

Nuestra experiencia: de Vesturdalur a Ásbyrgi

Visitamos La Kirkjan durante nuestra segunda jornada en el Parque Nacional Jökulsárgljúfur, en el camino de regreso hacia el Gljúfrastofa – Ásbyrgi Visitor Centre. La noche anterior la habíamos pasado en la zona de acampada de Vesturdalur, un lugar tranquilo junto a un riachuelo donde, tras un día de lluvia constante, el cielo decidió darnos una tregua justo al empezar a montar la tienda. Aunque al principio estábamos solos, poco a poco fueron llegando más excursionistas hasta que, al final, compartimos el campamento con otras tres tiendas.

Esa mañana emprendimos el regreso y, a pocos kilómetros de Vesturdalur, llegamos a la zona de Hljóðaklettar, donde hicimos una parada especial para explorar La Kirkjan.

Un monumento natural esculpido por volcanes y ríos

La Kirkjan es el resultado de miles de años de actividad geológica y erosión fluvial.

Su origen se remonta a un antiguo cono volcánico. Durante una erupción, el magma se enfrió lentamente dentro del conducto, solidificándose en columnas de basalto que aquí presentan un patrón único: no son uniformes, sino que se retuercen y forman espirales, fruto de los diferentes ángulos de enfriamiento del magma.

Con el paso del tiempo, el río Jökulsá á Fjöllum —alimentado por glaciares— y las violentas inundaciones glaciares (jökulhlaup) erosionaron la roca volcánica más blanda que rodeaba la estructura. Esto dejó al descubierto las duras columnas basálticas, creando la espectacular entrada que hoy admiramos.

La magia de la acústica natural

La zona de Hljóðaklettar recibe su nombre por el eco que se produce entre sus formaciones rocosas, y La Kirkjan es uno de los mejores ejemplos de ello. Al entrar en la cueva, cualquier sonido —ya sea un susurro o el murmullo del viento— se amplifica y reverbera, generando una atmósfera envolvente. Es un lugar que invita a guardar silencio para escuchar el eco del río cercano y sentir la conexión con el entorno.


Ruta y Video
🗺️
Mapa de la ruta
🎬
Vídeo de la ruta

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ruta circular de La Floresta al Gorg de Can Busquets | Parc de Collserola

Serpientes en el Parc Natural del Garraf: qué especies puedes encontrar y cómo actuar si te cruzas con una 🐍

De La Riba a la Resclosa del Raulet | Alt Camp (Tarragona)